jueves, 29 de agosto de 2013

Sensaciones


Aquí me doy cuenta de que puedo hacer muchas cosas. No tenía ni idea de que pudiera estar en tantos sitios haciendo cosas tan diferentes: desde transportar estiércol y abonar el huerto (a las siete) como explicar el evangelio de Marcos (a las nueve) en una misma mañana. Sin embargo, lo que más me gusta es que explico el evangelio a gente sencilla y hacen unos razonamientos desde su experiencia campesina e indígena que me quedo con la boca abierta. Es increíble lo que puedo aprender de ellos. Me gustaría que me pudieran observar como por un agujero para que vieran como la estoy gozando: no paro de dar gracias a Diosito por esta oportunidad que me ha dado. Ni tan siquiera echo de menos las comodidades de Barcelona –me lo preguntaron el otro día y no había caído en ello.
Creo que empiezo a entender lo que significa ser iglesia de los pobres e iglesia indígena. Lo mejor es que me doy cuenta de todo lo que sé de teología –que es bastante, ciertamente- es sólo es un saber teórico. ¡¡Cuánta falta hace la práctica!! Pero no una praxis cualquiera, sino la de los empobrecidos. Se hace necesario vivir lo mismo que ellos y comer como ellos lo hacen (sólo con una cuchara y en un mismo plato para varios, por ejemplo) y sufrir como ellos (porque no son masoquistas). Ahora –desde la vida- entiendo a Jon Sobrino, ahora entiendo aquello de “salvadoreñizar a Rahner”, etc.
Aunque todavía no hablo kichwa –estoy en ello- ya soy taita Alberto, tío Alberto y el hermano Alberto... ¡¡Realmente todo es gracia!!
Con todo, les agradecería que no dejaran de encomendarme a Diosito.



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